TOP 5: Pintxos en Gros
- Comer y beber
- 23 Feb 2019
Cruzamos el Puente de Zurriola hasta llegar al Palacio de Congresos del Kursaal, que debe su nombre al ya derruido Gran Kursaal. Nos sentamos en la terraza ubicada entre ambos cubos, y relajados bajo el sol, trazamos el mapa que nos llevará a descubrir algunos de los mejores lugares que esconde el barrio más joven y surfero de San Sebastián. Como siempre, más que decidirnos por algunos nombres, nos cuesta descartar locales. Nos decantamos por un mix entre nuevas propuestas y tradición, y cruzando la Avenida de la Zurriola entramos en el Paseo Ramón María Lili con sus preciosas vistas al río para realizar nuestra primera parada.
Taquería Kursaal
Taquito de conchinita pibil con guacamole y cebolla encurtida
En una ubicación privilegiada, a escasos metros del palacio de congresos y a la vera del río Urumea, el Taquría Kursaal lleva tres años fusionando de manera perfecta cocina tradicional vasca y mexicana.
Nos atiende Juan, mexicano de nacimiento y donostiarra de corazón, el gran chef que apuesta por mezclar culturas gastronómicas tan dispares. Juan estudió en la prestigiosa escuela de cocina de Luis Irizar y tras pasar por diferentes restaurantes, se lanzó en 2015 a hacer realidad el sueño de abrir su propio espacio gastronómico.
Le comentamos que nos encanta la comida mexicana y que esperamos visitar algún día el país. Mientras tanto, nos conformamos con el taquito de cochinita pibil con guacamole y cebolla encurtida que nos sirve y que nos traslada por breves momentos a México. Para saborear aún más el momento una suave bossa-nova suena de fondo en el local.
Volveremos a por más. La carta de pintxos a la brasa es muy tentadora…
Topa Sukaldería
Tacotalo al pastor vasco
Visitar Topa Sukaldería es poder estar en dos continentes al mismo tiempo. O al menos gastronómicamente hablando. Pisamos el local con la garantía de saber que un chef con dos estrellas Michelín está detrás de todo esto. Andoni Luis Aduriz proyectó Topa para rendir homenaje a la relación entre los vascos y latinoamericanos y su inmigración en ambas direcciones a lo largo de la historia. “Topa es cocina de contacto, de unión entre ambas orillas del océano para festejar los siglos de historia en común” nos explica Jessica Lorigo jefa de cocina.
Recomendados por Jessica probamos el Tacotalo al pastor vasco. “La masa combina maíz y mijo, este último el cereal que usábamos los vascos antes de la llegada del maíz desde Sudamérica. Lleva carne de cerdo adobado con pimienta de espelette y la carne queda tan crujiente porque la hacemos en un horno giratorio. Y en vez de la tradicional piña le damos el toque euskaldun con manzana de Errezil”
El tacotalo lleva además crema de aguacate, pico de gallo y panceta y ya en el primer bocado consigue transportarnos lejos sin sentir que nos movemos de casa, por muy imposible que esto parezca.
La rítmica música de fondo diseñada por Javi Pez y la decoración del espacio con un mural de Judas Arrieta terminan de poner la guinda a esta perfecta mezcla entre culturas hermanada, traducida en nuevos y sorprendentes platos y cócteles.
Bodega Donostiarra
Gilda: tándem de guindilla, anchoa y aceituna
En la peatonal y animada calle Peña y Goñi nos encontramos con La Bodega Donostiarra, espacio abierto desde 1928 y regentado desde hace nueve años por sus actuales dueños.
Su fachada azul, su cómoda terraza y sus archiconocidas tortillas hechas en el momento son solo tres de las señas de identidad de este histórico bar.
Esta vez hablamos con Mikel, el encargado, que mientras nos sirve unas cuantas gildas, el típico pintxo donostiarra formado por el sólido tándem de guindilla, anchoa y aceituna, nos da una pequeña lección de historia muy interesante relacionada con el pintxo que vamos a probar.
“Al principio los locales de hostelería eran sitios donde solo se servía bebida. Los obreros venían y se traían la comida a los locales. Estamos hablando de unos años en los que no había cámaras frigoríficas, por lo que los primeros pintxos que comienzan a poner los hosteleros son encurtidos y otros productos que pudieran aguantar sin frigorífico; huevo cocido, anchoas en salazón, aceitunas y guindillas entre otros. Y en la Bodega Donostiarra hemos mantenido ese espíritu”.
Nos ha encantado descubrir como la gilda, parte de lo que en antaño fue la solución a un problema, ha resistido tan bien el tiempo y se ha convertido además en emblema culinario de la ciudad.
Ramontxu Berri
Queso de brie rodeado de semilla de amapola y mermelada de tomate casera
A escasos metros de nuestra anterior parada y en la misma calle nos topamos con el bar Ramontxu Berri. La decoración en madera blanca y la buena iluminación del local hacen de él un espacio muy acogedor. Tomamos asiento en dos banquetas libres al final de la barra y nos fijamos enseguida en un bocado muy peculiar; Queso de brie rodeado de semilla de amapola y mermelada de tomate casera. La combinación dulce-salado nos conquista. “Lo curioso es que la gente lo pide tanto como aperitivo como postre. Es lo bueno de que sea dulce y salado al mismo tiempo” nos comentan.
Otra peculiaridad del Ramontxu Berri es la forma en la que diseñan sus menús “Si hace frío ponemos platos para entrar en calor, si hace calor ofertamos recetas más frescas”.
La otra estrella del Ramontxu Berri son los chipironcitos crujientes “los rebozamos en casa uno a uno en una harina muy especial” y nos dejan intrigados. Esa será sin duda nuestra excusa para una segunda visita.
San Francisco 33
Belartieta: pan crujiente en cama de rúcula, queso brie, tomate, cilantro, aguacate y chorrito de limón
San Francisco 33 es un bocatería Fresh & Food que abrió sus puertas el verano pasado en pleno Sagües. Los dueños tienen un local de igual nombre en Zarautz y tras su éxito se decidieron a conquistar la capital con su carta de bocatas, sandwiches y ensaladas para llevar.
Estéticamente San Francisco 33 nos enamora. Madera en tono verde en su fachada, suelo hidráulico, encimeras de mármol y tablas de madera rústica sobre las que cuidadosamente y con delicadeza preparan cada bocata como si fuera único.
Echamos una ojeada a la carta que contiene algunos bocatas firmados por chefs tan reconocidos como Juan Mari Arzak, Martín Berasategui y David de Jorge entre otros y nos es fácil identificar la identidad de su apuesta; ingredientes frescos, sanos y en combinaciones sorprendentes. Pero aún más sorprendidos nos quedamos cuando Amaia y Aitor, los dos jóvenes que nos atienden tras la barra del San Francisco 33, nos hablan de la entrega a pie de playa “Todo lo que ves en la carta te lo llevamos a casa pero también a la toalla.” “¿Cómo que a la toalla?” exclamamos asombrados. “Sí, sí, te lo llevamos a la toalla. Nos llamas, nos indicas tu pedido y montados en esa bici amarilla del rincón, te lo llevamos a la playa”. Nos encanta la idea y prometemos hacer unos cuantos pedidos en cuanto empiece a hacer buen tiempo.
Probamos el bocata que más se pide, el Belartieta. Pan crujiente, una cama de rúcula, queso brie, tomate, cilantro, aguacate y un chorrito de limón y no quedamos decepcionados. Cuidarse nunca supo tan bien.