El estrobo, esa pieza esencial y desconocida de nuestra tradición marinera

Donostia siempre ha mirado al mar

En San Sebastián no solo miramos al mar cuando queremos contemplar la incomparable bahía de La Concha. Mucho antes de que el mar fuera elemento de diversión y belleza, allá por el siglo XVI, los fornidos pescadores vascos, esos chicarrones del Norte, salían al salvaje Atlántico a la caza de ballenas en una embarcación que ha ido evolucionando hasta convertirse en lo que hoy conocemos con el nombre de trainera.

itsasoari begira

Con la llegada de los barcos de vapor, la fuerza de nuestros pescadores dejó de ser necesaria para la pesca. Sin embargo, la trainera, que era perfecta para resistir las olas del mar Cantábrico, no desapareció. ¡Ni mucho menos! Consiguió convertirse en la embarcación oficial de una de las competiciones deportivas más conocidas y espectaculares que podemos contemplar hoy en día en nuestra costa: las regatas. Siendo la Bandera de la Concha el evento más conocido y popular.

Pero para dar con la primera competición entre traineras hay que remontarse al siglo XIX, concretamente al año 1874. Fue protagonizada por tres embarcaciones de Pasaia que se dedicaban al atoaje, una práctica que consistía en remolcar barcos pesqueros de gran tamaño hasta puertos de difícil acceso y mucho oleaje.

Sin embargo, fue en Donostia donde esta competición tuvo un mayor calado.En el año 1879 el Ayuntamiento de Donostia organizó una regata que se incluía dentro del programa de fiestas de la Semana Grande de la ciudad. Tal fue el éxito de este evento que se decidió celebrar la prueba todos los años.

De esta manera, hoy en día, durante los dos primeros domingos de septiembre, miles de personas se reúnen alrededor de la bahía de la Concha para animar a las traineras que vienen a competir desde diferentes puntos de la costa cantábrica.El ambiente durante esos dos fines de semana no puede ser más colorido y divertido, casi mágico. Y es que las regatas de la Bandera de la Concha recogen gran parte de nuestra cultura, historia y tradición marinera.

Sin el estrobo nada de lo anterior sería posible

De hecho, en euskera, a las regatas las llamamos “estropadak”, de “estropu”, que es el nombre en euskera de esta pequeña pero imprescindible pieza dentro de una trainera. Para quienes no sepan qué es un estrobo, diremos que es una especie de anillo de cuerda que se coloca entre el punto de apoyo del remo (tolete) y el remo. Por eso el estrobo es una pieza fundamental. Es lo que nos mantiene unidos a la trainera. Si el estrobo cede o se rompe, no hay remada y la energía dentro de la embarcación se resiente. Cada remada es posible gracias a esa unión.

Además, el estrobo es una pieza singular que se elabora de forma manual. Es algo muy personal que se confecciona artesanalmente, una pieza única elaborada pacientemente mediante el entrelazado de cuerdas y a menudo realizada por cada remero.

estrobo estropua

Así, inspirada en esta pieza imprescindible, hemos diseñado junto con artesanos locales una pulsera y un llavero que quiere hacerte recordar que estamos contigo, que volveremos a vernos y que aquí tienes tu casa.

¡Volveremos a vernos!

En estos momentos difíciles nos gustaría transmitirte algo de ese espíritu de unión que el equipo de remo pone en cada palada. ¿Quieres vivir esta tradición marinera y sentirte más cerca de Donostia? Participa en el sorteo de un fin de semana en Lasala Plaza Hotel de San Sebastián durante las regatas de La Bandera de La Concha. Eutsi goiari!

estropadak estrobo 

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