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Donostia, una ciudad: tres formas de sentir el arte

Cada artista tiene su propio lenguaje, su propio pulso, su propia manera de observar. Pero cuando la ciudad que los rodea es San Sebastián, inevitablemente esa mirada se tiñe de mar, de niebla, de arquitectura silenciosa y del verde susurro de sus bosques.

 Tres estilos. Tres voces. Un mismo escenario: , que se cuela en cada trazo, cada imagen, cada historia. Porque esta ciudad no solo se observa, se a través de quienes la miran con ojos creativos.

Koloreka: La calma convertida en arte

En el corazón de la Parte Vieja de Donostia se encuentra Koloreka, una tienda que va mucho más allá de ser un punto de venta: es un rincón de paz y creatividad nacido de la mano de la artista Nerea Urrestarazu. Su obra —llena de serenidad, colores suaves y detalles que invitan a mirar dos veces— ha conseguido conectar tanto con locales como con visitantes. Pero ¿cómo nació este proyecto? ¿Qué lo inspira? ¿Qué lo hace diferente?

koloreka la calma convertida en arte

“Si estás bloqueada, es señal de miedo. La clave es seguir. Hacer, equivocarte, volver a hacer. Ensuciarte. No hay atajos: la creatividad se despierta con la práctica.”
 
Nerea

 

Un pequeño puesto, un gran comienzo

Todo comenzó en 2011, cuando Nerea participó por primera vez en el mercado mensual organizado por la asociación de artistas de Gipuzkoa en el Boulevard de Donostia. “Empezamos con un puesto pequeño, pero con muchas ganas”, recuerda. Esa chispa inicial se convirtió, con el tiempo, en Koloreka: una tienda, un taller y un espacio para compartir su manera única de ver el mundo.

La filosofía detrás de Koloreka

Para Nerea, Koloreka nace de una necesidad profunda: transmitir calma. Cada imagen que crea busca aportar paz y serenidad. “Me gusta crear imágenes que te den tranquilidad. Que te hagan parar, respirar, mirar.” Su arte no grita, susurra. Y eso es parte de su magia.

Donostia como fuente de inspiración

Donostia no es solo el lugar donde vive ni donde está su tienda: es una musa constante. La ciudad está presente en sus obras, directa o indirectamente. “Pasear en bici, observar la ciudad, mirar los tejados, los portales, el mar... Todo eso me inspira. Y lo hace de forma natural, sin buscarlo.”

Cuando se le pregunta qué le gusta más de Donostia, no duda: “El mar. No me doy cuenta de cuánto me gusta hasta que alguien me lo hace ver. El mar está en el aire, como si formara parte de uno”.  Los árboles, la arquitectura, la cotidianidad, especialmente en días normales de invierno también le inspiran. “Cuando la ciudad está tranquila, la disfruto mucho más.”

koloreka ilustraciones

El proceso creativo: observar, seleccionar, mancharse

Aunque reconoce que le gustaría pasar más tiempo pintando y menos frente al ordenador, Nerea se implica en todo el proceso creativo. Parte de imágenes, muchas veces propias y trabaja seleccionando qué elementos dejar y cuáles quitar, hasta dar con la composición deseada.

¿Y qué hace cuando la inspiración no llega? “Si estás bloqueada, es señal de miedo. La clave es seguir. Hacer, equivocarte, volver a hacer. Ensuciarte. No hay atajos: la creatividad se despierta con la práctica.”

Un arte para todos los públicos

En Koloreka entran tanto donostiarras como turistas. Los visitantes de fuera suelen buscar un recuerdo, algo que llevarse o regalar. En cambio, los locales se interesan más por obras de mayor tamaño, pensadas para decorar su hogar. “Nuestro objetivo es también ofrecer algo especial a la gente de aquí, que nuestras piezas puedan formar parte de sus casas.”

Mirando al futuro: probar, explorar, escuchar

Sobre lo que vendrá, Nerea es clara: no tiene un plan cerrado, pero sí una actitud abierta. “No sé exactamente qué quiero hacer en el futuro, pero sí sé lo que no quiero. Se trata de estar atenta, de escuchar lo que te motiva y lo que puedes hacer con lo que tienes.”

En un mundo que a menudo va demasiado rápido, el arte de Nerea y su proyecto Koloreka nos invitan a detenernos, mirar con detalle y respirar. A encontrar en lo cotidiano —una fachada, una ola, un balcón— una fuente de belleza y calma.

Silvia and the Spyglass: arte y neurociencia

De la calma pasamos a la intensidad emocional. El trabajo de Silvia no solo se contempla, se siente. Y no lo decimos de forma figurada: dos estudios neurocientíficos realizados junto a Tecnalia han demostrado que su obra transforma nuestras emociones.

silvia and the spyglass arte neurociencia

“Cada persona interpreta la obra desde su historia, desde su "mochila emocional", provocando respuestas únicas.”
 
Silvia

 

Primer estudio: inmersión emocional en realidad virtual

Hace dos años, siete de las obras más representativas de Silvia fueron transformadas en una experiencia inmersiva de realidad virtual. Las pinturas cobraron vida en una narrativa audiovisual de cuatro minutos que ha recorrido exposiciones en Francia, Guatemala o Emiratos Árabes.

Los espectadores, con sensores cerebrales, de pulso y sudoración, fueron monitorizados mientras vivían esta experiencia artística. ¿El objetivo? Medir cómo el arte afecta al estado emocional.

Y el resultado fue contundente: el arte de Silvia modifica nuestro estado emocional. Quienes entraban en la experiencia salían emocionalmente diferentes. Cada persona interpreta la obra desde su historia, desde su "mochila emocional", provocando respuestas únicas.

silvia and the spyglass ilustraciones

Diferencias de género y expresión emocional

Un hallazgo interesante fue la diferencia de género: mientras que las mujeres conectaban abiertamente con el mensaje emocional de la obra, muchos hombres confesaban “haber intentado contenerse” al terminar la experiencia. Un reflejo de los condicionamientos culturales sobre la vulnerabilidad masculina.

Segundo estudio: emociones mapeadas en la obra física

El segundo estudio fue aún más ambicioso. Se analizaron 35 cuadros de Silvia, y se midieron las respuestas emocionales a través del modelo de las ocho emociones básicas de Robert Plutchik.

El resultado: el 80% del impacto emocional de su obra se concentra en emociones positivas como alegría, sorpresa, confianza y curiosidad. Aunque también hay piezas que despiertan tristeza, miedo o inquietud, la coherencia emocional de la obra es profunda.

El arte como catalizador emocional

Estos estudios han permitido medir científicamente lo que sentimos al ver arte, algo poco común. Silvia no solo propone un viaje visual, sino un mapa emocional donde cada persona descubre, con sus propios filtros, una versión distinta de sí misma. Un arte que transforma.

Lance & Malone: arte local con alma callejera

Y si Koloreka representa la calma, y Silvia la emoción profunda, Lance & Malone es puro pulso urbano. Desde su galería-taller en la Parte Vieja, han construido un espacio único, que combina collage, ilustración, fotografía, cultura pop y humor gráfico.

lance malone comercio

“Yo trabajo con un cuter y una barra de cola, eso es todo, aquí no hay IA ni nada de eso. ”
 
Lance

 

Una idea que nació sin querer

Como muchos proyectos auténticos, Lance & Malone nació sin un plan. Una amiga les avisó de un local libre, y sin pensarlo demasiado, se lanzaron: “Nos tiramos a la piscina”. Empezaron con algunas piezas propias y poco a poco las paredes se fueron llenando.

Un colectivo con estilos únicos

Desde el principio, Lance & Malone apostaron por artistas locales como Mikel Casal, Rosco y Roscow, además de sus propias creaciones. Hoy, cada rincón del estudio está lleno de piezas con estilos distintos, pero que conviven en perfecta armonía.

  • Mikel Casal, ilustrador con una estética muy años 50, es conocido por sus retratos de personajes que recuerdan a las publicaciones editoriales clásicas.
  • Lance, fotógrafo de surf, aporta su archivo visual: imágenes del mar, de Donostia y fotografía callejera en blanco y negro con un enfoque más íntimo y personal. También trabaja con composiciones urbanas, juegos visuales, escenas de ciudades combinadas con elementos surrealistas.
  • Malone, su socio, crea collages en 3D: imágenes construidas en capas, con influencias claras del surf, el skate y la cultura pop (series como Breaking Bad, James Bond, Regreso al Futuro…).
  • Roscow, pintor donostiarra con un estilo inconfundible, crea composiciones donde no hay una sola línea recta. Sus obras vibran por la energía del trazo y la saturación de detalles.
  • Rosco, publicista y colagista digital, ha ganado protagonismo con una serie divertida y muy visual sobre productos vascos: chistorra, zurito, marianito, cheesecake... piezas que combinan humor, diseño y cultura local.

lance malone ilustraciones

Una relación natural con Donostia

Donostia no solo es el lugar donde está el estudio, es también un personaje dentro de muchas de sus obras. Aunque la ciudad aparece a menudo por su valor comercial —muchos turistas quieren llevarse un recuerdo diferente—, para Lance & Malone hay algo más. “No somos una tienda de souvenirs. Vendemos pequeñas piezas de arte relacionadas con la ciudad.”

Donostia, con su mar, su monte y su arquitectura, encaja perfectamente en su lenguaje visual: tanto para la fotografía como para la ilustración y el collage, la ciudad es un lienzo inspirador.

Llévate un pedazo de esta ciudad contigo

Ahora que conoces el pulso creativo de Koloreka, la intensidad emocional de Silvia & the Spyglass y la energía urbana de Lance & Malone, te invitamos a que no te sumérgas en esta experiencia donostiarra.

No esperes más para recorrer estos tres universos y descubrir cómo, en Donostia, el arte se cuela en cada esquina, se respira en el aire y se vive con pasión.

Llévate un pedazo de esta ciudad contigo y, sobre todo, deja que cada obra te hable directamente.

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